Hoy fue un día muy especial. Hoy me comí un flash de aquellos, hoy siento que empiezo a vivir India. Hoy empiezo a entender y a disfrutar su cultura. Es un regalo para nosotros poder estar acá en Amritsar con ellos y entre ellos metiéndonos de lleno en su cultura.
A la mañana aterrizamos al norte del país en un lugar llamado Amritsar. Ahí está el famoso Golden Temple que es básicamente como un «cuadrado enorme» con una especie de lago en su interior y en el medio, el templo. Ahí se reúnen miles y miles de peregrinos cada día. Ahí comen gratis alrededor de 70.000 personas por día, no da abasto. La gente colabora lavando platos, sirviendo vasos con agua y demás. Las colas son eternas. Las mujeres pasean con sus vestidos de colores y te piden sacarse fotos.
El ritual arranca en la calle. Caminas entre miles y miles de personas. Casi imposible parece no perderse. Todos en la misma dirección, todos van al Golden Temple. Las calles están llenas de posos, los locales despintados. Los cables caídos, las vacas acostadas en las calles, las motos tocan y tocan bocina. El ambiente es caótico y ya veo las caras del Claudito (mi viejo). Wtf. Pero tranquilo, eso es India!
En las inmediaciones del templo dejás el calzado. Te despedís para siempre porque en esa multitud parece imposible recuperarlo. Pasás por unos piletones y te limpias los pies. Y ya lo ves. El sol le pega de lleno y el reflejo dorado da justo de frente, te encandila. Los devotos bajan los ghats, unas escalinatas que bajan al agua. Ahí los fieles se bañan, se purifican. Miles, uno al lado del otro hacen lo propio. Rezan y rezan.
Te sentás en el piso a mirar, mirar y mirar y nada más. «Noo nene noo. No apuntes al templo, con los pies no apuntes al templo». Uno se madruga cada regla, tenés un lío en el bocho. No entendés nada, no cazas un fulbo. Al preguntar porque, la respuesta es una sola: religión. Pero de golpe te gritan en hindú y hacen gestos para que te levantes. Obedeces. Haces lo que te dicen o intentan decir, sos un mono en su ciudad.
Todos hacen una fila al borde del agua y se les entregan unos baldes vacíos. Miles de baldes vacíos son sumergidos en el agua y entregados inmediatamente a otros fieles que tiran los baldazos al piso de mármol. Pasan como topadoras limpiando el piso. Enjuagan, barren, escurren y vuelven a poner las alfombras. Todos ayudan, todos voluntarios. Ahí nadie se hace el boludo, ahí todos ponen lo suyo. No importa si estas de vacaciones, visitando, rezando o qué, ahí se ayuda. Después pasan grupos interminables de mujeres barriendo. En un minuto limpiaron 100 metros. Comunidad, ayuda mutua. Increíble eso por dios.
El agua después de ser escurrida vuelve a caer al lago, es decir, se vuelve a purificar. Entonces los peregrinos vuelven a meterse al agua, se bañan y hasta la toman. Ahí nada se pone en tela de juicio. Toman agua, esa misma que se uso para limpiar el piso. Dentro de esa multitud el respeto es máximo. Sos sapo de otro pozo, te lo hacen notar. Te miran y te miran, pero siempre con esa sonrisa que te vuelve loco. Los querés abrazar.
Con la puesta del sol todo se hace aun mejor. Se prenden las mil y un luces en todo el lugar. Comienzan a orar y todos, absolutamente todos, se paran. Todos miran al templo. Miles de cabezas en la misma posición. Una voz baja del cielo y por los parlantes se encarga de llegarle a todos. Después se arrodillan y con la frente al piso no paran de rezar, todos iguales. No sabes si quedarte parado o hacer lo mismo. ¿Qué se hace en esos casos? Uno nunca sabe, la duda te mata.
Querés coronar el día con un buen Mc Donalds. Sisi, ni bien salís del templo ves la gloriosa «M» del Mcdonalds y vamos carajo. Entrás y pedis la de pollo y la repu que lo parió. Qué boludo! Cierto que eran todos vegetarianos y con el hambre que tenía… No te queda otra. Sale la hamburgesa de choclo y no podes creer lo fea que la hacen. Otra noche condenado a pasar hambre. Mañana espero no pifiar!
Si tienen tiempo para viajar por el país no se pierdan otra de las mejores experiencias y vayan directo para Varanasi. Pueden escuchar en nuestro Podcast de Spotify el Episodio 3 que trata de estos dos tremendos lugares.