Ir a Auschwitz es que te den una serie de cachetazos para que nunca te olvides que hay gente que sufrió demasiado. Llegás a la puerta y ya se te pone la piel de gallina. Un letrero en la entrada que dice «El trabajo libera» les daba falsas ilusiones a todos los que llegaban. Alambres de púa y un frío contundente ya nos hacía sentir incómodos.
Son dos campos, y «Auschwitz 1» es el primero que surgió. Ahí entrás a los complejos y ves paredes en las cuales se los alineaba a los castigados y se los ejecutaba sin mediar palabra. En otros pabellones, ves pilas y pilas con toneladas de pelo. Cuando los rapaban, vendían el pelo. Claro, como una industria. Arcadas daba caminar por ahí. Feo, muy feo. Hay montañas de valijas que llevaban para empezar su nueva vida y miles de elementos de cocina. Ves las salas de castigo, unos cubículos de un metro cuadrado donde cuatro personas pasaban la noche paradas sin poder sentarse. Cuartos completamente oscuros sin baños ni ventanas. Ves muchas cosas muy feas, prepárense!
Auschwitz Birkenau es el que se ve en la mayoría de las fotos, las vías que te llevan al infierno. Una vez que entrás, aprendés cosas que cada vez te duelen más. Les decían a todos que lleven sus cosas valiosas a los campos, para luego quedárselas ellos. La mayoría, ni bien bajaba del tren, eran dirigidos directamente a la cámaras de gas.
Más del 90% no estaba más de 1 hora en el campo. Una mano que señalaba a la derecha señalaba el fin de tu vida. Te decían que te saques la ropa para ir a las duchas, una ducha a la que nunca llegarían. Cuatro cámaras de gas con capacidad para alrededor de 1500 cada una. Así querían crear una raza aria. Mataban a los nenes porque el problema era su sangre, mataban a los enfermos, a los viejos o simplemente a los que no podían trabajar. No les servían, entonces para que tenerlos!
Amuchados, podían dormir en 3 niveles. Claro está que no elegían, era por orden de llegada que se iban acomodando. Cuatro por estante. Si, estante, porque eso no era una cama, era con suerte una tabla de madera. Eso sí ibas al segundo o tercer nivel. Los menos privilegiados dormían en el nivel 1, es decir en el piso con las ratas. Los mas rápidos buscaban los niveles más altos, y después los mas cercanos a lo que se suponía que debía ser una estufa.
Una visita fuertísimamente fuerte, pero que no puede ser esquivada.